Uno de sus legados será la encíclica "Deus Caritas est" En ella nos propone adentrarnos al amor verdadero, según el estilo y el ejemplo de Jesús, que es una persona concreta, no algo, sino alguien que nos amó primero.
Benedicto nos invita a dejar cobardias y amar de manera humana. Hoy, si es posible amar de manera humana!!. Uniendo nuestra capacidad de razonar la afectividad y la plenitud de la sexualidad. Un amor que se comparte (AGAPE) y que se compromete con la alegria del placer (EROS)
En la enciclica Benedicto se preguntaba ¿Es posible amar a Dios?
y nos respondía: «Sí, podemos amar a Dios, dado que Él no se ha quedado a una distancia inalcanzable sino que ha entrado y entra en nuestra vida».
Y cuando le preguntamos , el por qué la Iglesia parece arrastrar mandamientos y prohibiciones, que nos amargan y nos ponen un peso al placer sexual, él nos responde:
Cuando amemos, expresemos ese amor que nos exigirá unión con el otr@, ahora... «La promesa más profunda del ‘eros’ puede madurar solamente cuando […]
encontramos juntos la paciencia de descubrir cada vez más al otro en la
profundidad de su persona, en la totalidad del cuerpo y del alma, de
modo que, finalmente, la felicidad del otro llegue a ser más importante
que la mía. Entonces, ya no sólo se quiere recibir algo, sino
entregarse, y en esta liberación del propio ‘yo’ el hombre se encuentra a
sí mismo y se llena de alegría».
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