"En el saludo inesperado (y en el esperado también). En el amor correspondido. En la amistad que se recupera. En ese día en que descubres que compartir tu tiempo, tu trabajo, tu esfuerzo, merece la pena y no es en vano. En un rato de oración en el que, de golpe, Tú estás ahí. En las heridas que se sanan. En el perdón que llena de hondura la propia historia. En liberarse de las apariencias que engañan. en los "amores"que te ciegan... En aceptar alguna que otra dosis de fracaso, en el caerse y saber levantarse. En la humildad. En la fe que se quita las capas para ir al corazón del evangelio. En otras que cansado que te hablen de Dios, lo buscas y lo encuentras tú, cara a cara..."
En todas esas historias encontramos motivos para la alegría. Y al abrir nuestro tiempo, nuestras manos y nuestro corazón al prójimo, esa alegría se vuelve júbilo, se vuelve ternura, y se vuelve fecundidad. Bienvenido tiempo que nos hace libres para amar!!!
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