Firmaba SJ

domingo, 22 de enero de 2012


Este jesuita chileno es recordado por su increíble obra apostólica. Supo mirar a su país y preguntarse: “¿Cómo proclamar aquí el Reino?” “¿Cómo anunciar a Dios, tan ausente si vivimos en una sociedad donde coexisten abundancia y miseria?”. De esa inquietud fueron surgiendo iniciativas, obras y proyectos con los que fue tocando diversas esferas de la sociedad chilena: Primero fueron los jóvenes, y después los niños y ancianos abandonados (a través del Hogar de Cristo). Al tiempo que buscaba dar respuesta a necesidades urgentes, intentaba estudiar las raíces de los problemas. Puso las bases para un sindicalismo cristiano, y fundó la revista Mensaje que analizaba la realidad desde el punto de vista de la Iglesia. Un cáncer de páncreas se lo llevó, pero su canonización (en octubre de 2005) resalta el calado y la permanencia de su entrega.

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