AYUDAR A LAS ALMAS

martes, 13 de julio de 2010


Sin embargo, para actuar hay que elegir, y por esta razón, Ignacio buscará siempre lo que Dios quiere « aquí y ahora». Descubre que « Dios da la alegría » y por eso, opta por la pobreza porque Jesús había vivido de esta manera. Deseaba « ayudar a las almas », y así, de sus experiencias espirituales y de su práctica de transmitirlas a los otros, nacen los Ejercicios Espirituales.

Tras peregrinar a Tierra Santa, - donde no pudo establecerse como lo planeaba -, decide estudiar para poder « ayudar mejor a las almas ». A los treinta y tres años, se convierte en estudiante en Barcelona, Alcalá y Salamanca. Incomodado por la inquisición española, viaja a París, en febrero de 1528, para continuar sus estudios en el colegio de Santa Bárbara (montaña Santa Genoveva).
En París, se le juntaron otros estudiantes. Sus primeros compañeros fueron Pedro Fabro, saboyano, y Francisco Javier, navarro. En la mañana del 15 de agosto de 1534 en la capilla de los mártires en Montmartre, los siete primeros compañeros se comprometieron por voto, a servir a la Iglesia en el gozo y la alegría « para la gloria de Dios y la salvación de las almas ».

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