Para hablar por telefono, o para ver una pelicula en el cine, para escuchar al profe en clases, tratamos de callarnos y prestar atención, pero "(...) ¿Cómo llegar al silencio interior? A veces permanecemos en silencio, pero en nuestro interior discutimos fuertemente, confrontándonos con nuestros interlocutores imaginarios o luchando con nosotros mismos. Mantener nuestra alma en paz supone una cierta sencillez: «No pretendo grandezas que superan mi capacidad.» Hacer silencio es reconocer que mis preocupaciones no pueden mucho. Hacer silencio es dejar a Dios lo que está fuera de mi alcance y de mis capacidades. Un momento de silencio, incluso muy breve, es como un descanso por la tarde, una santa parada, una tregua respecto a las preocupaciones (...)"
(Hermanos de Taizé)
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